Foro Internacional de Mujeres, organizado por Onamiap, demandó al Estado una vida sin violencia ni discriminación
Las mujeres dieron cuenta del estrés que sufren para dar de comer a sus hijos cuando la contaminación de sus territorios les deja sin alimentos así como la violencia espiritual que sufren por la destrucción de sus bosques, plantas y aguas; así como los tocamientos que sufren por agentes de seguridad cuando pasan por puestos de control instalados en sus territorios y del acoso y la violencia sexual que sufren por trabajadores de empresas y agentes de seguridad, quienes abandonan a las mujeres con hijos no reconocidos.
La violencia contra las mujeres indígenas se agrava cuando los territorios de sus pueblos son militarizados para doblegar la resistencia civil e imponer megaproyectos o para enfrentar y reprimir acciones de guerrillas, terroristas o narcotraficantes.
Entre otras conclusiones, las mujeres indígenas demandaron que los Estados de la región respeten la libre determinación de los pueblos indígenas y su autonomía, y que no ocupen sus territorios por la fuerza, a fin de que las mujeres puedan vivir una vida sin violencia y exigieron que las respeten en sus propias formas de educación, salud, justicia, y que garanticen políticas públicas con participación de los pueblos y de las mujeres indígenas, así como la prestación de servicios públicos bilingües interculturales.
Las participantes también dieron cuenta del trabajo interno que tiene dentro de sus pueblos para evitar situaciones de violencia y discriminación, y para que la jurisdicción indígena atienda tales casos.
El encuentro contó con el apoyo de la cooperación alemana GIZ, la Fundación Ford, el Instituto Internacional de Derecho y Sociedad (IIDS), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del Viceministerio de Interculturalidad.