TPP atenta contra los derechos humanos, la soberanía nacional y el medio ambiente
El TPP, promovido por los Estados Unidos, involucra además a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Brunei, Singapur, Vietnam, Canadá, y los países latinoamericanos México, Perú y Chile. Aunque su negociación se inició hace más de cinco años (marzo del 2010), su contenido ha permanecido en secreto, violando el derecho fundamental de la ciudadanía a la información sobre todo aquello que nos afecta.
Se trata de un acuerdo que profundiza el dominio del centro de poder globalizado. La crisis estructural que afecta el sistema hace que los Estados Unidos impongan a través de “acuerdos” como el TPP, estas medidas socavan aún más la soberanía nacional, dejando la resolución de conflictos en manos de tribunales internacionales. Imponen además mayor flexibilización de las normas ambientales y vulneran derechos fundamentales, como la salud.
En resumen, se insiste en aplicar las recetas del Consenso de Washington de 1989, pese a la crisis estructural y en contra del discurso oficial del Banco Mundial, que habla de “nuevos paradigmas”, inclusión social y erradicación de la pobreza, mientras sigue financiando proyectos que atentan contra derechos ambientales, sociales, laborales, flexibilizando sus salvaguardas y sin vigilar su cumplimiento.
Con la falta de definición del término “derecho ambiental”, el TPP excluye toda regulación relacionada con derechos de los pueblos indígenas respecto a los recursos naturales. El capítulo de propiedad intelectual regula patentes sobre semillas y plantas, facilitando la mercantilización de nuestros saberes y prácticas tradicionales. Y al hablar de biodiversidad, establece que se debe obtener el consentimiento previo de los pueblos indígenas de los recursos genéticos… salvo que esta obligación no esté reconocida en la legislación nacional.
Los pueblos indígenas y la sociedad civil en general conocemos las normas que sucesivamente restringen derechos territoriales y ambientales y el propio derecho a la consulta. Y el TPP deja a los Estados la potestad de regular el nivel de protección del medio ambiente.
La Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú – ONAMIAP exigimos información pormenorizada sobre el TPP y sus impactos en nuestros derechos fundamentales. Asimismo, llamamos a las organizaciones indígenas, movimientos sociales e instituciones de la sociedad civil a estar atentos y movilizarse contra este Acuerdo que profundiza el modelo neoliberal y pone en manos del libre mercado la vida y la soberanía nacional.