Desterremos las múltiples formas de violencia contra las mujeres indígenas
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) acaba de pronunciarse sobre las altas tasas de violencia física, psicológica sexual contra la mujer que existen en nuestro país. Entre las múltiples causas, se señala las desiguales relaciones de poder entre mujeres y hombres y una alta tolerancia a la violencia familiar en la sociedad, fruto de la permisividad de operadores e instituciones llamados a combatir la violencia. El pronunciamiento agrega que todo esto debilita los sistemas de prevención, asistencia y justicia llamados a garantizar la protección de derechos de las víctimas.
La violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes tiene múltiples manifestaciones, y para encararla, hay que reconocerlas. En el caso de las mujeres, niñas y adolescentes indígenas, se manifiesta también en las enormes brechas en el acceso y culminación oportuna a la educación, así como en nuestra marginación de los espacios de toma de decisiones, tanto en nuestras comunidades como en las diferentes instancias del Estado, en particular respecto a la gobernanza territorial, por citar solo dos de esas múltiples manifestaciones.
A la violencia familiar, que llega hasta el feminicidio, se suma el hecho que la invasión a nuestros territorios por actividades extractivas legales e ilegales y megaproyectos de infraestructura también trae múltiples formas de violencia: pérdida de nuestra identidad cultural, deterioro de nuestro ambiente y fuentes de alimentación, alcoholismo, drogadicción, violaciones y la intolerable trata de niñas, adolescentes y mujeres.
Por todo lo mencionado, las mujeres de ONAMIAP insistimos siempre en que las políticas públicas encaminadas a desterrar la violencia contra las mujeres deben tener un enfoque intercultural, tanto en los mecanismos de denuncia y sanción como en la atención a las víctimas. La penalización de estas violencias es necesaria, pero no es el único camino: hay que sensibilizar a hombres, mujeres y funcionarios/as públicos/as. Un enfoque de derechos y empoderamiento de las mujeres, incluyendo el fortalecimiento de nuestras organizaciones, es indispensable.
Las mujeres indígenas tenemos mucho que aportar a la construcción de una sociedad equitativa, solidaria y democrática y por lo tanto, nuestras voces deben ser escuchadas.
Datos del MIMP:
- La violencia física, psicológica y sexual contra la mujer sigue siendo muy alta en el Perú, a pesar de disminuir de 76.9% a 68.2% entre 2009 y 2016.
- La misma situación se constata en el caso de niñas y niños de 9 a 11 años de edad víctimas de violencia física o psicológica en las familias, que pasaron de 82.1% a 69.8%, mientras la violencia sobre adolescentes pasó de 87.1% a 73.8% en el mismo período.
- Nuestro país sigue siendo el tercero en violaciones sexuales en el mundo, luego de Bangladesh y Etiopía.
- El Índice de Tolerancia Social de las personas en relación a la violencia familiar hacia las mujeres es muy alto pues llega al 54.8%.
Nada justifica la violencia abusiva de quienes se sienten más fuertes o poderosos. TODO SER MERECE RESPETO.
Si me considero más instruido, lo debo demostrar comprendiendo a quien creo que lo es menos. Muchas veces aprender de él o ella.
Si me considero más inteligente, lo demostraré encontrando la forma de entenderlo y hacerme entender sin usar la violencia.
Si me considero más fuerte, lo demostraré protegiéndole y ayudándole. Eso nos hará más fuertes a ambos.
. ¡VIVAMOS COMO SERES VERDADERAMENTE CIVILIZADOS!