525 años de resistencia y propuestas
El 12 de octubre de 1492, hace 525 años, se inició la invasión europea de nuestro continente, donde habitaban nuestros ancestros que eran parte de grandes civilizaciones que vivían en armonía con la Madre Tierra. Esta invasión dejó más de 112 millones de muertes y fue el genocidio más grande de la historia. Pero los pueblos indígenas u originarios seguimos aquí, estamos vivos y resistiendo.
Aquel 12 de octubre fue también el inicio del despojo y saqueo de nuestros recursos, situación que continúa hasta hoy y avanza con el capitalismo global que no hubiera sido posible sin el exterminio de nuestros pueblos ancestrales, sin el “oro de las indias”. Con la invasión de América llegó también el racismo y la discriminación a nuestras culturas para imponer la esclavitud y la monocultura: un solo rey y un solo dios.
Las independencias y repúblicas no cambiaron las cosas para nuestros pueblos indígenas u originarios porque continuamos siendo excluidos, marginados e invisibilizados. En las últimas décadas, mientras íbamos ganando derechos en el mundo, a partir de nuestras luchas y a costa del derramamiento de la sangre de nuestros mártires, los estados promovían (y siguen promoviendo) la vulneración, precarización y criminalización de nuestros derechos con el fin de imponer el modelo neoliberal que nos persigue y mata.
Frente a ello, la respuesta de los pueblos y las mujeres indígenas es la resistencia y la propuesta. Nosotros y nosotras seguimos vivos, protegiendo nuestros saberes ancestrales, conservando nuestras culturas, defendiendo a nuestra Madre Tierra, luchando, fortaleciéndonos y articulando nuestras agendas para alcanzar el Buen Vivir y la Vida Plena.