Crece la violencia contra la mujer
Hasta agosto de este año se han registrado 59 casos de feminicidio en el Perú, 11% más que las cifras del 2016. Y nuestro país, vergonzosamente, ocupa el tercer lugar mundial en violaciones sexuales, después de Bangladesh y Etiopía.
Esos son solo los casos registrados. Hay muchos más en los lugares alejados de las capitales, donde precisamente están nuestros pueblos indígenas andinos y amazónicos, donde la violencia contra la mujer está “naturalizada” y los/las operadores/as de justicia (de la policía, fiscalías, juzgados) carecen por completo de formación en género e interculturalidad.
Las cifras son muy alarmantes: el índice de Tolerancia Social de las personas en relación a la violencia familiar hacia las mujeres “es muy alto” pues llega al 54.8%. No basta con endurecer las sanciones, se necesita una transformación cultural, que revalore a la mujer como sujeto de derechos iguales, que cuestione los viejos roles diferenciados por sexo, que distribuya equitativamente las responsabilidades del cuidado del hogar, que garantice igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) ha informado que en lo que va del año se han instalado 25 nuevos centros de emergencia mujer. Pero existen denuncias de falta de recursos, de procesos muy largos. Urge un enfoque integral en el que toda política, acción y norma de prevención y tratamiento de la violencia contra la mujer sea diferenciado para el caso de las mujeres indígenas. Capacitar y sensibilizar a hombres y mujeres sobre este tema desde un enfoque de derechos e interculturalidad.
Mientras tanto, las cifras siguen creciendo: más de mil mujeres en el Perú fueron asesinadas entre enero de 2009 y julio de 2017, entre ellas 900 por sus parejas. Insistimos: solo son los casos registrados. Es muy posible que hayan muchas más víctimas anónimas. Hay que decir efectivamente: basta a la violencia de todo tipo contra la mujer, no más muertes, no más violaciones, no más tolerancia social.