En defensa de la vida y los derechos de todos y todas
Una corriente peligrosa y con poderosos recursos se expande en el Perú y todo el continente. Es peligrosa porque la libertad de pensamiento y expresión no justifica el llamado a la violencia, a convocar de manera explícita a matar a los y las diferentes.
En una actividad reciente organizada por el Colegio de Abogados de Lima, uno de los ponentes englobó dentro de lo que denominó “neomarxismo” a los derechos humanos, el indigenismo, la “globalizacionfobia” y el ambientalismo. Es decir, la defensa de la vida y la dignidad de las personas y la valorización de la diversidad cultural.
¿Eran marxistas los países del mundo que adoptaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, horrorizados por los crímenes de guerra del nazismo? Ese nazismo que asesinó a seis millones de personas en campos de exterminio porque eran diferentes: judíos, gitanos, comunistas y homosexuales. La discriminación de raza, género, religión o cualquier otra, si no se combate democráticamente, puede llevar a estos extremos.
Los pueblos indígenas y sus organizaciones no tenemos fobia a la globalización. Apostamos por una integración de las naciones basada en el respeto, en la valorización de la diversidad, donde todas las voces sean escuchadas y todos los derechos ejercidos. Nos oponemos, sí, a una globalización entendida como la imposición de un solo modo de vida.
Los pueblos indígenas hemos vivido siempre en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, ello forma parte de nuestra identidad cultural y comprende todas nuestras costumbres y prácticas ancestrales. Es por eso que hoy, ante la acelerada crisis climática, los ojos del mundo se vuelven hacia nuestra propuesta de Buen Vivir. Cuidar, proteger, defender la naturaleza, es la única opción para la sobrevivencia del planeta.
Si planteamos la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y mujeres, es porque aún existen enormes brechas en el acceso a la educación, empleo, salarios, carga del trabajo doméstico y mucho más. Porque creemos que la única diferencia entre hombres y mujeres es biológica. Todo lo demás, como la distribución de roles, es construido socialmente. Esa distribución, por ejemplo, es muy diferente entre Arabia y Suecia.
No retrocedamos, avancemos en la defensa de los derechos individuales y colectivos de todos y todas, enfrentemos con argumento las corrientes neo-conservadoras, detrás de las cuales hay enormes intereses económicos. Defendamos tenazmente la vida.

Exposición en el CAL.