Expresamos nuestra solidaridad con el paro de agricultores
Desde ONAMIAP, expresamos nuestra firme solidaridad con los miles de hermanos y hermanas de nuestros Andes que están realizando el paro de agricultores para defender su producción ante la brusca caída del precio de la papa. Esta situación demuestra una vez más que el Estado carece de una política de promoción y defensa de nuestra pequeña agricultura, aquella que, de acuerdo al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), pone el 70% de los alimentos en las mesas de las familias peruanas y que actualmente se encuentra en crisis.
Mientras nuestras comunidades y los pequeños agricultores han visto caer sus precios, llegando a costar 20 céntimos el kilo en las chacras, las políticas agrarias continúan concentrándose en promover la agroexportación, en particular la de la costa, que acapara el agua, degrada las tierras con los monocultivos y explota a sus trabajadores y trabajadoras negándoles todos los derechos laborales.
Producir una hectárea de papa cuesta 15 mil soles, por el costo de las semillas, el alquiler de la chacra, el pago a los peones y el abono. Si se producen 25 toneladas y se vende a 20 céntimos el kilo, da un total de cinco mil soles, lo que significa una pérdida de 10 mil soles. Esto es dramático para las miles de familia que tienen en esta producción su única fuente de ingresos.
El Estado no tiene en cuenta que gracias a los conocimientos y prácticas tradicionales de nuestros pueblos indígenas, en el Perú tenemos alrededor de cuatro mil variedades de papa, entre otros productos únicos en el mundo. Además de alimentar al país, ofrecemos al mundo una biodiversidad que hace posible el llamado boom gastronómico, del que las únicas que no se benefician son nuestras comunidades, sus creadoras y protectoras.
Las mujeres indígenas andinas y amazónicas del Perú hacemos nuestras las demandas de nuestros hermanos y hermanas de los Andes y exigimos al Estado implementar una efectiva política de promoción y defensa de la pequeña agricultura y la agricultura comunal. Por apoyo técnico y crediticio, uso racional de los recursos hídricos, acceso directo a los mercados y precios justos.