Las mujeres indígenas rechazamos las declaraciones discriminatorias del congresista Tubino
El día de ayer, 24 de abril, el congresista por la región Ucayali Carlos Tubino publicó en sus redes sociales una frase discriminatoria que atenta contra la identidad cultural, las prácticas y la cosmovisión del pueblo Shipibo Konibo y de los pueblos indígenas en general. Además, hizo uso de un adjetivo con el que continúa alimentando los estereotipos negativos que existen en la sociedad sobre los pueblos indígenas.
Desde la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), rechazamos y condenamos las declaraciones del parlamentario que solo alimentan el odio, la discriminación y la estigmatización hacia nuestros pueblos indígenas amazónicos y andinos. Por ello, exigimos al congresista Tubino que se retracte y pida las disculpas públicas a nuestros hermanos y hermanas del pueblo Shipibo Konibo.
Lo sucedido solo demuestra que las autoridades peruanas continúan viendo a los pueblos y mujeres indígenas de manera despectiva y no como sujetos de derechos. Frente a ello, se hace necesaria la implementación del enfoque intercultural en todas las políticas públicas y leyes del país que permitan reconocer la pluriculturalidad del país y que contribuya a la revaloración de nuestra identidad cultural como pueblos y mujeres indígenas.
Finalmente, manifestamos que la justicia indígena no atenta contra los derechos fundamentales de los seres humanos. Por ello, reiteramos nuestro pedido a las autoridades correspondientes de continuar con las investigaciones en torno a los asesinatos de la maestra shipiba Olivia Arévalo y el ciudadano canadiense Sebastián Woodroffe.
Dios tiene control de las personas perversas e inhumanos entonces cuando ese dia no habra quien lo salve a este extrangero!! Si fuera peruano no se expresaria jamas de esa manera tan descabellada!! El pueblo se respeta mas aun cuando gracias al pueblo estas donde estas!! Todo tiene su tiempo …si ahora tienes el poder no creas que eres el dueño, ¡Porque el poder viene de Dios!