
Reflexiones en el Día del Maestro, ¿cuál es la situación de la EIB?
Cada 6 de julio se celebra el Día del Maestro para rendir homenaje a quienes desempeñan esta profesión. En la actualidad, los profesores y las profesoras cumplen su rol de formar a las nuevas generaciones a pesar de los sueldos bajos, las pocas oportunidades de capacitación para avanzar en su desarrollo profesional, la inadecuada infraestructura y la falta de equipos. Por ello, sus esfuerzos merecen ser valorados.

Foto: Andina
Si las condiciones de la educación en general son pésimas, las condiciones de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) son aún más graves, lo que se refleja en sus resultados. De acuerdo con información de la Evaluación Censal de Estudiantes 2018, en las escuelas EIB solo el 10,4% de los estudiantes alcanzó el nivel “satisfactorio”, es decir, lograron los aprendizajes esperados, en castellano como segunda lengua. El año 2016, esta cifra era de 25,1%.
La EIB es un derecho de los pueblos indígenas y por eso, el Estado debe garantizarlo, formando más profesores en esta especialidad, dotando de infraestructura adecuada a las comunidades, así como materiales y equipos de calidad que tengan pertinencia cultural. Y, sobre todo, involucrando a las comunidades campesinas y nativas, en todo el proceso educativo.
En el año 2015, el Plan Nacional de EIB fue sometido a consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, a través de nuestras siete organizaciones indígenas nacionales. Además de pedir la participación plena de los pueblos indígenas en todo el proceso educativo, entre otros temas, la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) planteó como tarea urgente el cierre de brechas de género en el acceso y culminación oportuna, en particular del nivel secundario.
El Censo de Comunidades realizado el 2017 como parte de los Censos Nacionales reveló que aunque más del 90% de las comunidades dijo contar con alguna institución educativa, pero la gran mayoría solo es de nivel primario. La falta de oportunidades para la niñez, adolescencia y juventud de nuestras comunidades repercute en el abandono de la agricultura, la migración y la pérdida de identidad, además de la pobreza y el desempleo.
Entre las comunidades nativas, el 93,6% dijo contar con alguna institución educativa: el 74,1% de inicial, el 93,3% de primaria y 23,5% de secundaria. Mientras que el 0,2% de educación técnica productiva y el 0,1% y técnico superior. Por su parte, en las comunidades campesinas, el 95,2% declaró contar con institución educativa. De ellas, el 85,8% de inicial, el 91,3% de primaria, el 40,6% de secundaria, el 2% de técnico productiva y el 0,5% de técnico superior.
Asimismo, el censo mostró que el 9,4% de la población indígena andina y el 14,4% de la población indígena amazónica no tiene nivel alguno de educación. La tasa de analfabetismo de la población indígena andina es de 10,8%, frente a 4,2% de la población no indígena. En la Amazonía, la tasa de analfabetismo en los pueblos indígenas es 15,9%, frente a 5,7% de la población no indígena.
La situación de las mujeres indígenas es aún peor. El mencionado censo señaló que la tasa de analfabetismo de los hombres indígenas andinos es de 4,9%, mientras que en el caso de las mujeres es de 16,3%. En el caso de la Amazonía, la tasa de analfabetismo de los hombres es del 10,4% y la de las mujeres, el 21,2%.
El Plan Nacional de EIB al 2021 señala que, en 2015, solo 6,8% de las Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) implementan modelos de gestión pedagógica para las instituciones EIB. En 2015, ningún instituto educativo estatal contaba con una propuesta de gestión escolar para las EIB.
En el Día del Maestro, queremos volver a señalar que la EIB es el derecho de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes indígenas. Por ello, junto con los y las docentes, los pueblos indígenas debemos exigir que el Estado garantice una educación de calidad y calidez. Además, dicha educación debe reflejar nuestra identidad cultural y debe ser dada en nuestros 48 idiomas originarios, respetando nuestros conocimientos ancestrales, el Buen Vivir entre los seres humanos y la Madre Tierra, así como nuestros modos de vida.