
¡El agua no puede cotizarse en el mercado de valores: basta de mercantilizar la naturaleza!

El agua, fuente de vida, empezó esta semana a cotizarse en el mercado de valores de los Estados Unidos. La mercantilización de la Madre Naturaleza ha superado todo límite y comienza a hacerse realidad el escenario que se avizoraba desde hace años: las guerras ya no serán por el petróleo, serán por el agua.
Cuando decimos que el agua es fuente de vida, no es solo porque en ella se originó sino porque el agua es también garantía para su continuidad. Porque en torno a ella surgieron los primeros asentamientos humanos. Es alrededor del río Amazonas y sus afluentes donde existe la mayor diversidad biológica y, en nuestro país, el mayor número de pueblos indígenas. Es decir, la mayor diversidad cultural.
No es casual que los países que ostentan el mayor consumo de agua, China y Estados Unidos, sean al mismo tiempo los responsables de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático: China con el 27% de las emisiones globales y Estados Unidos con el 13%. El G20, que agrupa a las principales potencias económicas del mundo, emite alrededor del 78% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero: solo 20 países de 195 son capaces de lanzar más de las tres cuartas partes de GEI.
El calentamiento global está haciendo desaparecer nuestros glaciares, América Latina sufre la sequía más grave desde el año 2002, miles de hectáreas de cultivo y cabezas de ganado se pierden. Lo mismo sucede con las heladas, las inundaciones y otros desastres climáticos provocados por un sistema depredador de la naturaleza y vulnerador de derechos.
Estamos advertidos y advertidas: primero vinieron por el oro y perpetraron el mayor genocidio de la historia. En los países amazónicos y africanos, la fiebre del caucho arrasó con la vida de pueblos indígenas y tribales enteros. Las invasiones a países árabes son por el petróleo. Para eso usan el argumento de la lucha contra el terrorismo. Por eso advertimos que los próximos enemigos, a los que también tildarán de terroristas, seremos los pueblos indígenas. Por eso quieren que la Amazonía tenga una administración internacional.
El agua es vida, el agua es un derecho humano, la vida y los derechos humanos no pueden ser cotizados en el mercado de valores. Basta de mercantilización de la Madre Naturaleza. Basta de perpetrar genocidios para acumular riquezas. Defender el agua es defender la vida.