
ONAMIAP en el Día Internacional de la Tierra

Hoy, 22 de abril, es el Día Internacional de la Tierra. Es el día de nuestra casa grande, del hogar que nos cobija y nos protege. Del cual somos parte. Y que, para los pueblos y las mujeres indígenas, comprende todas las formas de vida: aguas, bosques, animales y plantas, cielo, aire, suelo y subsuelo. Toda la biodiversidad. Todas esas vidas que hoy levantan la voz más fuerte que nunca, mostrándonos cómo su destrucción provoca pandemias y enfermedades que se extienden por todo el mundo.
Por eso los pueblos y las mujeres indígenas luchamos no solo por la tierra, esa capa arable que el sistema dominante ve únicamente como un recurso más. Luchamos y defendemos nuestros territorios integrales, aquellos que nuestros ancestros y ancestras habitaron y cuidaron desde hace miles de años, muchos siglos antes de las conquistas y colonizaciones.
Conquistan y colonizaciones que continúan hasta hoy con las políticas de despojo territorial y destrucción de la naturaleza: expansión de la minería y su contaminación, derrames petroleros, tala legal e ilegal, monocultivos agroindustriales que explotan a sus trabajadores y trabajadoras y acaparan más tierras que las que concentraban los latifundios antes de la Reforma Agraria de 1969.
Contra ese sistema destructor de la vida, los pueblos y las mujeres indígenas exigimos el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, sus ecosistemas y especies. Derechos que están íntimamente ligados a los nuestros, que se retroalimentan. En el Perú, el Proyecto de Ley 6957ya ha sido aprobado en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuano, Ambiente y Ecología del Congreso. Un Congreso que debe aprobarlo en la presente legislatura.
Y contra todos los mecanismos de despojo territorial, los pueblos y las mujeres indígenas exigimos una nueva Reforma Agraria, construida de abajo hacia arriba, que garantice el reconocimiento de nuestros territorios integrales y todos nuestros derechos colectivos e individuales como pueblos y mujeres indígenas.
Hoy te saludamos Madre Tierra, hoy renovamos nuestro compromiso y nuestra lucha en defensa de tus derechos. Hoy más que nunca respondemos a tu llamado. Te agradecemos por darnos y vida y por cuidarnos. Y prometemos retribuirte.