
LOS PUEBLOS Y LAS MUJERES INDÍGENAS CONTINUAMOS NUESTRA LUCHA Y RESISTENCIA ANCESTRALES
Los pueblos no nos rendimos. Sabemos que la lucha es dura, que enfrentamos una dictadura cívico-militar-empresarial que acapara todos los poderes del Estado y que está decidida a seguir matando, deteniendo arbitrariamente, criminalizando. Pero resistimos, desde la memoria ancestral de lucha y resistencia de nuestros ancestros y ancestras. Porque esa lucha y resistencia no se iniciaron el 7 de diciembre, sino que llevan más de quinientos años.
Sobrevivimos a la invasión europea que causó el genocidio más grande de la historia mundial, a esa persistente política de exterminio físico y cultural que continuó y continúa en la República. Sobrevivimos a la esclavitud, tortura y asesinatos de los caucheros. Sobrevivimos a las masacres desatadas cuando recuperamos nuestros territorios de las grandes haciendas. También a las masacres de comunidades enteras durante las dos décadas de violencia política, encerradas entre dos fuegos. Seguimos sobreviviendo a las amenazas y asesinatos de nuestros líderes y lideresas que enfrentan el despojo territorial por parte de actividades extractivas legales e ilegales.
Desde hace más de 500 años enfrentamos el racismo y el clasismo estructurales, la continuidad del colonialismo. A esa clase dominante, nunca dirigente, que hoy nos dispara, encarcela, terruquea. Porque, pese a todo, los pueblos y las mujeres indígenas seguimos vivos, decididos a recoger ese legado histórico de lucha y resistencia para plantear cambios estructurales frente a un sistema en crisis estructural. Porque defendemos las vidas y los derechos humanos colectivos e individuales.
No nos rendimos porque sabemos que no estamos solos y solas, porque tenemos la solidaridad de los pueblos y las mujeres indígenas del Abya Yala, porque son cada vez más los organismos internacionales y los gobiernos de otros países que rechazan los crímenes de la dictadura.
No nos rendiremos hasta que la dictadura cívico-militar empresarial se vaya y pague por sus crímenes de lesa humanidad.