#ONAMIAPenlaCOP28 | En side-event realizado por ONAMIAP, relator de la ONU instó a incluir todos los derechos y los procesos de los pueblos indígenas en las COP.
La protección de los derechos de los pueblos indígenas debe formar parte de todas las discusiones en las conferencias de partes de las Naciones Unidas sobre cambio climático, señaló Ian Fry, primer relator especial sobre la promoción y protección de los Derechos Humanos en el contexto del cambio climático, en el conversatorio “Derechos de la Madre Naturaleza frente a la crisis climática”, realizado por ONAMIAP el sábado 2 de diciembre en la COP28 que se desarrolla en Dubai.
Moderado por Ketty Marcelo López, presidenta de ONAMIAP, el panel estuvo conformado por Karen Huere, lideresa asháninka de la Organización de Mujeres Indígenas Amazónicas Ashaninka de la Selva Central, OMIAASEC y ex secretaria de la Juventud y Niñez de ONAMIAP; Graciela Reátegui, presidenta de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayacli y Afluentes, FECONAU, base de AIDESEP; Wilma Mendoza de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia, CNAMIB; Camila Romero, del Colectivo Viento Sur (Chile); y el Relator Ian Fry.
El Relator Ian Fry reconoció que hay pocos avances en la legislación internacional sobre el reconocimiento de derechos de la naturaleza, lo que hace necesario traer los procesos de los pueblos indígenas a las COP. Además, no hay una plataforma para fondos indígenas considerada por la conferencia de partes, hay que poner todo esto en agenda. Que todos los problemas de los pueblos indígenas sean parte de las conversaciones en las COP. Y que se reconozca los derechos de los pueblos indígenas en el balance global y en el fondo de daños y pérdidas.
Karen Huere subrayó la necesidad de estar abiertas a sentir y a creer. A cambiar el pensamiento desde la ancestralidad, hacia nuestra espiritualidad. Para las mujeres indígenas, el territorio ancestral es integral, no fragmentado como lo ven los Estados, que dan normas separadas para el agua y la tierra, por ejemplo. Tenemos un vínculo especial con la Madre Naturaleza, lo que a ella le pase, nos afecta también. Nuestros derechos y los derechos de la Madre Naturaleza están íntimamente vinculados.
Graciela Reátegui señaló las constantes amenazas de las actividades extractivas en nuestros territorios, causantes de los conflictos sociales; la falta de titulación de nuestros territorios, los impactos que trae ese extractivismo en la salud, la contaminación, la trata de personas. “Sin territorio, sin bosques, no hay vida”, sentenció.
Wilma Mendoza destacó también la relación mutua y recíproca de los pueblos y las mujeres indígenas con la Madre Naturaleza, una relación de respeto. Ella nos provee de alimentos y nosotras cuidamos de las familias con los alimentos y medicinas que ella nos da. Dijo que, aunque en Bolivia se reconoce a la Madre Naturaleza como sujeta de derechos, una cosa es el discurso y otra la implementación de políticas públicas, porque siguen promoviendo el extractivismo y los monocultivos. No tenemos seguridad y garantía por los Estados para defender la casa común. “¿Qué tipo de vida queremos para las nuevas generaciones? Una vida digna. Construir políticas que protejan y defiendan a la Madre Naturaleza”, concluyó.
Camila Romero dijo que los pueblos y las mujeres indígenas de distintos países tenemos problemas comunes: la contaminación y desaparición de nuestras fuentes de agua, el poder empresarial. “La naturaleza está sufriendo, está siendo dañada. Cuando la naturaleza se vulnera, las mujeres indígenas somos vulneradas”, expresó. Y resaltó el coraje y la determinación de las mujeres indígenas, que “queremos acciones efectivas, no solo discursos”.
Tras escuchar a las panelistas, el Relator Ian Fry dijo que los impactos que causa el extractivismo son comunes, que se promueven proyectos en territorios indígenas sin consentimiento y ese es el problema. Y recomendó acudir al Sistema Interamericano de Derechos Humanos para denunciarlo.
Ketty Marcelo, presidenta de ONAMIAP, recordó que nuestra organización elaboró un proyecto de ley para el reconocimiento de los derechos de la naturaleza, sus ecosistemas y especies, pero el Congreso de la República lo archivó. “Tenemos que cambiar nuestros pensamientos, nuestros sentires, romper con el colonialismo que los impregna. Volver los ojos hacia la ancestralidad”, concluyó.
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