En el Día Internacional de la Mujer Indígena, reafirmamos nuestro compromiso de lucha y resistencia contra el colonialismo destructor de vidas y derechos.
En el Día Internacional de la Muer Indígena, reafirmamos nuestras identidades culturales, nacidas de nuestro vínculo espiritual con la Madre Naturaleza, defendiendo nuestros territorios integrales ancestrales frente a los múltiples despojos y reivindicando nuestro derecho a persistir.
Desde hace más de quinientos años resistimos a la destrucción de nuestra Madre Naturaleza, implementada por un sistema genocida, opuesto a las vidas y los derechos. Nosotras la cuidamos porque ella nos cuida. Nuestros derechos colectivos e individuales están íntimamente ligados a sus derechos. Por eso demandamos que toda política de cuidados considere su protección y preservación. Su derecho a existir es nuestro derecho a existir.
Luchamos contra el despojo territorial implementado por un Estado que sirve a las grandes empresas, principalmente extractivas. Y que no cumple su deber de erradicar y protegernos de las actividades ilegales que ya han cobrado muchas vidas indígenas.
Para profundizar su sistema capitalista extractivista, el Estado nos reprime, nos criminaliza, nos asesina. Pero esta política sistemática de exterminio físico necesita también el exterminio cultural, continuidad del colonialismo que considera nuestras culturas como atraso.
El de hoy es ese mismo colonialismo impuesto por los invasores, que busca exterminar nuestra espiritualidad, que habla de “mestizaje” para invisibilizarnos y vulnerar nuestros derechos. Que habla de “inclusión” para asimilarnos culturalmente. Hoy lo reafirmamos con fuerza y compromiso: NO QUEREMOS SER ASIMILADAS. DEFENDEMOS NUESTRO DERECHO A LA PERVIVENCIA CULTURAL.
Ese es nuestro mensaje hoy a las mujeres indígenas que fortalecemos nuestras organizaciones para la defensa de todas las vidas, de nuestros modos de vida. Ee es nuestro abrazo de compromiso.
El Día Internacional de las Mujeres Indígenas conmemora la ejecución de Bartolina Sisa, nacida en Cusco, Perú, el 24 de agosto de 1753. Ella, junto con Tupac Katari, encabezó una rebelión indígena en 1781. Fue ejecutada el 5 de septiembre de 1782. La fecha fue adoptada en el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, reunido en Tihuanacu, Bolivia, en 1983. Abrazamos su memoria y la de todas las mujeres indígenas que lucharon y resistieron.
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