El 2025 se realizarán los Censos Nacionales en el Perú que, por segunda vez, incluirán la pregunta de autoidentificación étnica. El Estado peruano ha decidido de manera arbitraria adelantarlos sin hacer siquiera un balance sobre los retos de los anteriores Censos y cómo difundir la pregunta de autoidentificación de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Esto ocurre en un contexto de rechazo al gobierno instaurado en diciembre de 2022 y en un período de regresión de derechos humanos colectivos e individuales.
Conscientes de esta importancia, el 15 de octubre la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) organizó el foro público “Politizando la autoidentificación colectiva. Visiones y perspectivas hacia la descolonización”.
En este evento, panelistas nacionales e internacionales debatieron sobre la relevancia de la autoidentificación étnica en los Censos 2025 y su rol en la lucha por la descolonización y el reconocimiento efectivo de los derechos. Como mencionó Ketty Marcelo, presidenta de ONAMIAP, “este censo debe ser una herramienta para que los pueblos indígenas y afrodescendientes logremos visibilizarnos y exigir el cumplimiento de nuestros derechos”. Además, alertó cómo la construcción de la pregunta podría ser instrumentalizada por algunos sectores para seguir reforzando la política estatal colonial de homogenización a fin de no reconocer la existencia de los pueblos indígenas y sus derechos.
Para los pueblos indígenas y afrodescendientes, no ser reconocidos en las estadísticas oficiales implica que sus problemas y necesidades sean ignorados en las políticas públicas y, por ende, perpetuar la vulneración de sus derechos fundamentales. Según Ketty Marcelo, “seguimos invisibilizados en las estadísticas, lo que significa que nuestras necesidades y luchas siguen sin ser atendidas”.
En los censos del 2017, aunque una cuarta parte de la población se identificó como indígena, Estas cifras no se tradujeron en acciones concretas por parte del Estado. Para Marcelo, “las cifras del 2017 quedaron en el papel, no hubo políticas reales que beneficiaran a nuestras comunidades”.
Para los jóvenes, la autoidentificación es un acto de resistencia frente a siglos de discriminación. Danitza Quispe Huillca, secretaria de Juventud y Niñez de ONAMIAP, destacó que “la inclusión de la categoría ‘mestizo’ en el censo genera confusión, especialmente entre los jóvenes, y debe ser eliminada. Necesitamos que se nombren a todos los pueblos indígenas, sin ambigüedades”.
Identificarse claramente como parte de un pueblo indígena no solo reafirma quiénes somos, sino que también contribuye a que nuestras comunidades sean reconocidas efectivamente por el Estado y accedan a derechos que les han sido negados históricamente. Preocupa que, desde la academia, por ejemplo, se siga impulsando la categoría “mestizo” cuando desde los pueblos
indígenas y afrodescendientes hemos alertado que ésta da continuidad al clasismo racista, institucionalizado en el Estado Peruano. La categoría “mestizo” encubre realidades de exclusión
y discriminación.
La juventud afrodescendiente enfrenta un desafío similar. Sofía Carrillo, periodista y activista afroperuana, subrayó que “la invisibilidad estadística también es violencia, es una expresión de este racismo institucional. La estrategia del mestizaje plantea esa homogenización y a su vez la posibilidad de invisibilizar las brechas que existen. Porque no es lo mismo vivir en este país siendo blanca o mestiza o vivir en este país siendo indígena o afrodescendiente”.
Experiencias en la región, como el caso de Colombia, demuestran que la autoidentificación no es simplemente una pregunta en un censo, sino un proceso de reflexión y reconocimiento. Wilson Herrera Baltan, de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), explicó durante el foro que “el proceso de autoidentificación ha sido fundamental para los pueblos indígenas en Colombia, pues ha permitido definir qué es el territorio ancestral y exigir políticas públicas que nos reconozcan como actores clave en la construcción de un país más equitativo”.
Agregó que ello permite también exigir procesos de consulta previa a los pueblos indígenas.
Los Censos 2025 son una oportunidad para transformar esta realidad. Fabiana Del Popolo, experta de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), destacó que “los censos nos proporcionan información clave para el diseño de políticas públicas que promuevan el ejercicio pleno de los derechos. Es esencial que la pregunta de autoidentificación refleje fielmente las identidades de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Para ello, debe garantizarse la participación de los pueblos indígenas y afrodescendiente en su formulación”.
Si la pregunta de autoidentificación refleja con precisión las identidades de estos pueblos, los próximos censos podrían ser un paso significativo hacia un Perú más inclusivo y justo.
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