Hasta el momento se han logrado obtener avances en el tema de empoderamiento de la mujer, pero hace falta que entidades del estado den mayores facilidades.
En el Perú, tres de cada diez mujeres somos indígenas y representamos el 14.5% de la población nacional, según la última Encuesta Nacional de Hogares, pero nuestra poca participación en la toma de decisiones en nuestras comunidades afecta nuestra autonomía económica y política.
Esta exclusión se traduce principalmente en que en la mayoría de las comunidades por no tener voz y voto, se nos impide ser posesionarias de parcelas dentro del territorio comunal, pese a que son ellas las que desarrollan la agricultura,que es la principal actividad económica de las mujeres rurales en el país, de acuerdo a Cenagro.
Según un estudio de ONAMIAP, una de las razones centrales de la falta de acceso a la tierra de las mujeres radica en las limitaciones en la participación y toma de decisiones al interior de las comunidades. Son muy pocas aquellas que logran tener un cargo dentro de la directiva comunal y si lo tienen son cargos menores.
A nivel nacional, de acuerdo a Cenagro, el 96.3% de las comunidades campesinas y el 98.1% de las comunidades nativas están presididas por hombres, avalada por los estatutos comunales que se basan en principios y normas que afectan los derechos de la mujer.
La normativa peruana ha incorporado principios constitucionales de igualdad y protección, pero no hacen referencia de manera explícita a los derechos de la mujer indígena sobre el territorio, según recoge en un estudio comparativo global de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI).
Además, la falta de estabilidad jurídica territorial de las mujeres, las hace más vulnerables económicamente, puesto que al fallecer el esposo o en la repartición de tierras comunales, ellas no son consideradas en igualdad de condiciones y se les asignan parcelas poco productivas o una menor cantidad de hectáreas, lo cual las deja desprotegidas, de acuerdo al estudio global de la situación laboral de las mujeres indígenas de la OIT.
Ante ello, las mujeres indígenas vienen organizándose con el objetivo de obtener mayores derechos de participación a través de experiencias del cambio de estatuto en las comunidades para que las mujeres indígenas sean consideradas como comuneras “calificadas”, es decir, con derecho a voz y voto sobre las decisiones territoriales en la comunidad.
Datos de la FAO indican que la mujer rural produce la mitad de los alimentos del mundo, porcentaje que se incrementa en los países en vías de desarrollo.
De acuerdo al CENAGRO, el 49,04% de las mujeres indígenas se dedican a la agricultura, ganadería, caza y silvicultura.
La FAO indica que la mujer rural produce la mitad de los alimentos del mundo, porcentaje que se incrementa en los países en desarrollo.
Las mujeres indígenas representan el 23.8% del total de la población de mujeres peruanas y el 50.2% del total de población indígena a nivel nacional.
Las mujeres conducen el 22.6% de conducción agrícola y no agrícola y los varones el 77.4%.
Las mujeres productoras por régimen de tenencia es el 69.9% y hombres productores por régimen de tenencia 65.7% siendo las mujeres las mayores productoras.
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